martes, 4 de septiembre de 2007

Nuestra ciencia y sus curiosidades


Me encuentro acabando Una Breve Historia de Casi Todo, libro que conozco casi desde que se publicó hace pocos años pero que no he comprado hasta hace precisamente unos días, impulsado por la enésima vez que lo recomendaban en los foros de VicioJuegos.Com. El libro abarca prácticamente toda la historia de la ciencia de una manera tremendamente amena y divertida, relatando un montón de historias sobre los científicos y sus excentricidades. Física, biología, astronomía, química o geología, todo tiene cabida. Además, aparte de descubrirnos las a menudo miserables vidas de los científicos, contiene un gran número de curiosidades de todo tipo. ¿Sabías que si un hombre piensa mucho en sexo le crece más rápido la barba? ¿O qué el 10% del peso de tu almohada corresponde a los ácaros que contiene, sus desechos y tu propia piel muerta? Vale, son sólo datos de dudoso valor académico, pero son curiosidades perfectas para contar por ahí a los amigos.

El caso es que ya he devorado más de 500 páginas y con el libro casi acabado puedo decir que una de las partes que más me ha llamado la atención ha sido la dedicada a los fósiles, geología y, especialmente, dinosaurios. El autor, Bill Bryson, abarca el descubrimiento de los primeros fósiles, y de como durante muchos años se fueron encontrando huesos sin que los científicos de la época advirtieran a qué animales pertenecían realmente. Mientras leía los capítulos dedicados a estos descubrimientos, recordé que tenía un viejo libro de dinosaurios, cogiendo polvo en la estantería. Yo crecí marcado por Jurassic Park, para qué negarlo. Hojeando ambos libros, comprobé como coincidían en que, si no el descubridor, uno de los primeros hombres en recoger un hueso de dinosaurio fue Robert Plot, de origen inglés. En la imagen siguiente puede verse una representación del mismo y el libro en el que detalló el hallazgo:

(Imagen: Wikipedia)

Por lo visto, Plot pensaba que era de un humano gigante, y de hecho el hueso pasó muchos años olvidado con el curioso nombre de Scrotum humanum. Adivinad la razón. Qué cachondos.

El caso es que leyendo este libro sorprende ver como en muchas ocasiones los científicos desaprovechan excelentes oportunidades para avanzar en sus teorías. Los primeros huesos de dinosaurios estuvieron muertos de risa durante décadas hasta que alguien decidió tomárselos en serio. Aunque no lo he rematado, creo que Una Breve Historia de Casi Todo es una lectura obligatoria para todo aquel que vea, como yo, el atractivo de la ciencia. Es una mirada dentro de muchos de los avances realizados, de cómo se llegó hasta ellos, humanizando también los nombres que hay detrás de todos los descubrimientos realizados. Además, deja entrever que estamos muy lejos de saber tanto como nos creemos. Hay mucha ciencia por hacer todavía.

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